A finales del siglo XIX y comienzos del XX, los anuncios de productos para la salud en los diarios eran muy habituales, ya que se trataba de un sistema económico, accesible y con gran audiencia. En ese contexto, Uriach decidió apostar por este formato publicitario, anunciando todo tipo de productos en diarios y revistas como El Diario de Barcelona, La Publicidad, La Vanguardia y El Diluvio, entre otros. Estos anuncios solían destacar las propiedades curativas y beneficiosas de los productos para una amplia gama de dolencias, utilizando un lenguaje persuasivo acompañado de testimonios de pacientes, ilustraciones y diseños sencillos, con el objetivo de captar la atención en un contexto de creciente competencia. Esta colección de anuncios contribuyó al aumento del consumo de medicamentos de la época y estableció las bases del marketing moderno.
Colección Hemeroteca
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Publicidad efímera: pensada para no durar ()